Xolotl

CÓDICE XOLOTL

Diccionario de elementos constitutivos de los glifos

Marc THOUVENOT (CELIA-CNRS)
(1987 - révision 2004)

Traducción: Lilia Morales Ocampo

Voix: Alfredo RAMIREZ CELESTINO (DL-INAH)


El Códice Xólotl es uno de los manuscritos pictográficos mexicanos conservado por la Biblioteca Nacional de París .
Este abarca casi cuatro siglos de la historia de la ciudad de Texcoco y de las ciudades contiguas como Huexotla, Cohuatepec, Cohuatlichan y Tenochtitlan. Los relatos que contiene este documento principian en 1068 y se terminan 1429. Los personajes principales de esta historia son los soberanos que se sucedieron en Texcoco conocidos como: Xólotl, Nopaltzin, Tlohtzin, Quinatzin, Techotlalatzin, Ixtlilxochitl y Nezahualcoyotl.
Esta historia está escrita en imágenes sobre diez láminas.

Descripción del Códice

Antes de entrar plenamente en el desglose del Códice y al análisis de uno de sus componentes, que son los glifos, es conveniente hacer una presentación material del conjunto.
Precisamente, el Códice Xólotl está constituido de diez láminas y tres fragmentos. Todas estas partes están hechas de papel que sirve de soporte para los esquemas y de colores a los que se le añadieron comentarios, sellos y etiquetas.

El Papel
Los análisis que se efectuaron recientemente en veintidós códices mexicanos de la Biblioteca Nacional, como en el Xólotl, confirman que el soporte está hecho de un papel fabricado a partir de fibras de Moráceas, familia de las moreras y de las higueras. "Todas las muestras de las fibras sacadas de los papeles de corteza, cualquiera que sea el aspecto del soporte fino o grueso, claro o coloreado, suave o áspero, presentaron tener características de las Moráceas... Como las fibras tienen un aspecto morfológico similar, no pudimos determinar de qué tipo de especie de Moráceas se trataba "1. En cualquiera de los casos se trata de un papel de corteza molido2 comúnmente llamado papel de amatl. Este Este presenta una superficie un poco áspera y las fibras son bastante visibles. No parece ser que la superficie del papel de color café claro haya sido barnizada.

Las Dimensiones
El conjunto de láminas tiene dimensiones que sin ser absolutamente iguales son, sin embargo, muy parecidas. Las dimensiones máximas de anchura son de 49 y 47.5 cm y de altura de 41 y 41.7 cm. Sólo los fragmentos tienen una anchura que es inferior a la norma3. Mientras que cada lámina representa una unidad gráfica, las dos últimas forman un conjunto que tienen una parte suplementaria que está separada por dos líneas pequeñas, en la parte de la derecha. Este conjunto mide 96 cm de ancho por 48 de alto.

Presentación
Las láminas del Códice se presentan de dos maneras; algunas son independientes y tienen una sola parte que está cubierta de dibujos mientras que otras las emplearon al derecho y al revés constituyendo páginas que están ensambladas con una costura hecha en uno de los diminutos costados. Como lo ha advertido C. Dibble cada página encuadernada está formada por la unión de dos láminas4. El Códice está encuadernado desde la cuarta hasta la décima lámina, las tres primeras láminas y los fragmentos son independientes. Pero no siempre ha sido así ya que hubo una época en la que los fragmentos se encontraban entre pegados al recto de la primera lámina. Este hecho es visible gracias a los rastros de pintura que subsisten en la parte posterior de esta lámina y que corresponden con los fragmentos5.


Estado
El Códice en su conjunto se encuentra en buen estado. Las partes que más sufrieron fueron los contornos de las láminas así como una banda central vertical, debido a que el documento en alguna época lo conservaron probablemente doblado. Unas partes fueron dañadas muy recientemente y esto se puede demostrar al comparar la parte superior derecha de la quinta lámina con las fotos que se publicaron en el Atlas de Boban6.

Conservación
Las tres primeras láminas así como los fragmentos están actualmente conservados bajo rhodoïd mientras que los otros, los que están encuadernados, se encuentran en una carpeta. La parte posterior de la segunda y de la tercera lámina no son visibles ya que fueron pegadas sobre dos hojas, una gris y otra blanca7. El conjunto forma parte de los documentos de la Reserva de Manuscritos Orientales de la Biblioteca Nacional de París, bajo el código 1-10.

Estas láminas sirven de soporte a grafismos, colores, anotaciones, firmas, sellos y etiquetas.

Grafismos
Todas las líneas están trazadas con una tinta, de la cual no conocemos su composición, de un negro muy denso, cuya apariencia se asemeja a la tinta china. Estas líneas se elaboraron para trazar marcos, personajes, glifos o incluso lazos.
Alrededor de las láminas, cuyos extremos no están muy dañados, se distinguen líneas finas rectilíneas que forman un cuadro al interior en donde se asientan los dibujos, algunos de estos pueden estar adosados. Aunque normalmente este cuadro es más fino en la segunda lámina, forma un verdadero marco porque la línea está duplicada al exterior por otra linea de 3 mm de grueso8.
Al interior de este límite, en todas las láminas se dibujaron personajes, glifos y lazos. Los personajes y los glifos están colocados en la superficie de cada lámina de manera que forman grupos de los cuales algunos están unidos entre ellos por medio de lazos gráficos o plásticos determinando de este modo toda una red de relaciones y creando de tal forma relatos9.

Colores
Las formas que crean los personajes y los glifos son una sede de colores, pero estos no están presentes en todas las láminas. Sólo las dos primeras laminas así como los fragmentos son totalmente de colores, básicamente con diez colores (infra Pág.872). La tercera, cuarta, novena y décima lámina están coloreadas muy parcialmente mientras que de la quinta a la octava no hay ni una huella de color. Como no se realizó un análisis profundo, no se conoce la naturaleza de los colorantes.

Anotaciones
Los grafismos y los colores son los dos elementos del documento original. Al lado de algunos de los glifos se añadieron anotaciones, de una o aparentemente varias manos desconocidas, tal vez en el siglo XVI. Estas anotaciones, en náhuatl, son generalmente muy breves, solamente las dos primeras láminas presentan textos diminutos. Hay únicamente una frase, que se encuentra detrás de la última lámina y que no se asocia directamente con los dibujos10.

Firmas
Por otra parte tiene firmas de los diferentes coleccionadores que en algún momento dado tuvieron este Códice en su poseción: detrás del segundo fragmento se encuentra la firma de J.M.A. Aubin hecha en México en 1832 que fue tachada y remplazada por la de E. Eug. Goupil, París, 1889. Atrás de la segunda lámina, aquella de J.F. Waldeck y de E. Eug. Goupil. Se pueden observar las mismas firmas en la parte trasera de la tercera lámina. En la parte posterior de la última lámina E. Goupil escribió "Appartenant à E. Eug. Goupil, París 1889" (Perteneciente a E. Eug. Goupil, París 1889) y puso su firma.
Además de estas firmas se encuentran algunos datos manuscritos que hacen referencia a la integración del Códice en una vasta colección o, sino, constituye un remitente a otros documentos. Se encuentra indicado detrás del primer fragmento: "1er Volumen f. 95", "1er Volumen f. 98 a 111" a espaldas de la segunda lámina, "1er Volumen f. 114 a 124" a espaldas de la tercera y en la parte de enfrente de la última "1er Volumen f. 198 a 204".

Sellos y etiquetas

A partir del momento en que se incorpora el Códice al fondo de manuscritos mexicanos de la Biblioteca Nacional, de manera más o menos regular cada una de las láminas fueron selladas varias veces. Uno de los sellos menciona el nombre de los dos coleccionadores precedentes, A. Aubin y E. Goupil, así como el número de lámina en cifras árabes. Otro de los sellos tiene marcado "Bibliothèque Nacionale République Française" (Biblioteca Nacional de la República Francesa), y por último otro de los sellos, es una viñeta de derecho que esta sin rellenar. El conjunto se completa con etiquetas redondas en las que se inscribió en cifras árabes los números de las láminas. A todas estas añadiduras que alteran el aspecto de las láminas hay que añadir también que la segunda y la tercera lámina llevan, marcado con hierro, el nombre de Waldeck.
Varios nombres de coleccionadores ya han sido mencionados y esto deja suponer que el Códice Xólotl pasó por múltiples manos antes de encontrarse en la Biblioteca Nacional de París. No queriendo hacer un histórico completo de las tribulaciones de este documento es sin embargo necesario señalar los momentos más importantes aprovechando, particularmente, la presentación que hizo C. Dibble11.

Peregrinaciones del Códice
Dos grandes periodos pueden distinguirse en los desplazamientos del Códice: aquel que empieza desde el momento de su creación hasta que llega a manos de Alva Ixtlilxochitl, luego el periodo que separa a este primer poseedor conocido de la Biblioteca Nacional. El primer periodo está lleno de incertidumbres, el segundo incluye ya un poco menos.
El Códice fue redactado en un momento y en un lugar dado antes de pasar de mano en mano.

Origen
Hablar del origen del Códice conlleva a evocar la fecha y el lugar de su redacción: si es difícil pronunciarse sobre este tema por lo menos es posible fijar límites lógicos. El Códice no puede ser anterior a la última fecha mencionada por el documento, es decir, 1429, y no puede ser posterior al momento cuando Alva Ixtlilxochitl comenzó a redactar sus diversos escritos, es decir, según el estudio de O'Gorman, 160812. Ciento ochenta años separan estas dos fechas, además, aproximadamente a la mitad de este periodo se sitúa la conquista española. ¿Se le podría asignar una fecha precisa a la escritura del Códice dentro de este lapso de tiempo?
Según el primer poseedor conocido del Códice, este fue redactado durante la época que correspondería con el final de los relatos. Alva Ixtlilxochitl atribuye en efecto su paternidad a dos personajes que figuran en la última lámina del Códice13, por otro lado, cuando este autor se refiere a este documento emplea muy seguido la expresión "original y antigua historia"14. El hecho que los autores se encuentren entremezclados a eventos datados en 1429 no significa necesariamente que ellos hayan redactado el Códice durante esta misma época. Muy bien podían haber sido jóvenes cuando actuaban en la historia y haberlo escrito únicamente durante su vejez. Si se toman en cuenta las indicaciones de Alva Ixtlilxochitl esto nos da un periodo aproximado que va de 1429 a alrededor de 1480.
Para C. Dibble "Es lógico pensar que el Códice fue pintado a mediados del siglo dieciséis; puesto que conserva un estilo muy semejante al Mapa Quinatzin y al Mapa Tlotzin. A excepción de las características europeas ya mencionadas, el Códice conserva admirablemente el estilo del arte indígena de la región de Texcoco"15. Este autor considera una hipótesis complementaria, después de W. Lehmann: el Códice Xólotl podría ser una copia de un documento más antiguo que debía haber sido redactado, como lo indica Alva Ixtlilxochitl, durante la época de nezahualcoyotl16. El único argumento hecho por C. Dibble para darle al Códice una fecha posterior a la conquista es de tipo estilístico: "Se nota la influencia europea en la manera de representar el sol y la bandera, y se ve también cómo las estrellas y los árboles muestran esa misma influencia"17. Nada en el análisis de los cuatro elementos mencionados (tonatiuh: "sol", pantli: "bandera", citlalin: "estrella" y cuahuitl(01): "árbol" (infra págs. 550, 745, 547, 440) nos parece que justifique tal afirmación. Por otro lado para que tal argumento sea aceptado habría que explicar la razón por la cual sólo el 1% de los elementos había conocido una influencia externa a la tradición autóctona e indicar de qué tipo de protección tan misteriosa beneficiaron los otros.
A partir del momento en que no compartimos la idea de C. Dibble, y que pensamos que nada en el documento nos puede ayudar a establecer su fecha de elaboración, sólo nos quedan tres soluciones:
- renunciar a datar el Códice. Es un poco lo que hace D. Robertson cuando después de haber estudiado desde un punto de vista estilístico no solamente el Códice Xólotl sino también otros dos documentos pictográficos de "la escuela de Texcoco", el Mapa Quinatzin y el Mapa Tlohtzin. Para él la fecha del Xólotl es desconocida, únicamente piensa que su elaboración es anterior a la de los dos Mapas, que ubica entre 1542-4618.
- adoptar el punto de vista de Alva Ixtlilxochitl y decir que fue escrito hacia la mitad del siglo XV.
- dividir el problema adoptando la hipótesis de W. Lehmann. Es decir, considerar el Códice como una copia de un original desconocido. La falta de homogeneidad del Códice, en relación con los colores, algunas láminas tienen colores, otras un poco o casi nada, y el hecho de que algunas páginas estén encuadernadas, son los únicos argumentos que pueden hacernos creer que en este caso se trataría de una copia inacabada de un original. Pero el problema se complica aún más ya que entonces tendríamos que suponer que un "original" siempre tiene que ser homogéneo y contar con todos los colores además que los códices nunca eran encuadernados. Probar estas dos afirmaciones no nos parece algo posible. Por otro lado, tenerlo por una copia no nos indica nada ya que durante la fecha de su realización como lo indica J. Galarza "originales y copias existían antes como después de ésta" (la conquista)"19.
Frente a la imposibilidad de resolver la doble interrogante de la fecha de realización y de la naturaleza del códice consideramos, tomando en cuenta el punto de vista de Alva Ixtlilxochitl, que el códice data más o menos directamente, según se trate de un original o de una copia del siglo XV o del siglo XVI, del siglo XV como lo dijo su primer dueño conocido.
A decir verdad, la pregunta, con respecto al objetivo fijado en este trabajo, tiene poca importancia. Supongamos que el documento utilizado por Alva Ixtlilxochitl, y hoy día por nosotros, fue concebido a principios del siglo XVII. La única interrogante que surge es la de saber si el ejemplar que se conoce, es fiel, es decir si se trata de una concepción plenamente tradicional. Nada en el análisis de los glifos nos permite pensar lo contrario y además Alva Ixtlilxochitl no disimula la confianza que le inspira este documento.
En lo que concierne al lugar de redacción del códice todo nos hace pensar que se trata de Texcoco y que su primer lugar de conservación eran los archivos Reales de esta ciudad. Tres razones nos incitan a creer en esto:
- la primera es que el tema evocado se centra alrededor de Texcoco y de la descendencia de sus soberanos.
- la segunda razón es que el primer dueño privado conocido del documento, Alva Ixtlilxochitl, era descendiente de nezahualcoyotl. Su tatarabuelo, Fernando Cortés Ixtlilxochitl, él mismo era hijo de nezahualpilli, y nieto de nezahualcoyotl20.
- y por fin porque Alva Ixtlilxochitl, sin designar sin embargo expresamente este documento, indica que: "en la ciudad de Tetzcuco estaban los archivos reales.... y de lo que escapó de los incendios y calamidades referidas, que guardaron mis mayores, vino a mis manos, de donde he sacado y traducido la historia que prometo.."21.
H.B Nicholson ha formulado una hipótesis según la cual el códice hubiera sido creado en, o por un tlacuilo de, Cohuatlichan, según una citación de Torquemada22 quien evoca dos documentos pictográficos, uno de Cohuatlichan y otro de Texcoco. Se desecho esta posibilidad porque Alva Ixtlilxochitl, quien cita sus fuentes, nunca mencionó ni documentos escritos ni mucho menos contactos que hubiera podido tener con personajes de esta ciudad23.

Del siglo XVII al siglo XX
El códice Xólotl hizo su primera aparición indirecta en los escritos de Ixtlilxochitl. Ciertamente no habla del códice utilizando esta denominación moderna pero empleando varias expresiones que nos dan a pensar plenamente que hacen referencia a este documento pictográfico (infra Pág. 107). Suponemos que Alva Ixtlilxochitl mantuvo en su posesión el códice hasta su muerte en 1650. Fue su hijo Juan de Alva Cortés quien lo heredó y quien a su muerte él mismo lo legó a Don Carlos de Sigüenza y Góngora. Ciertamente no se duda de esta transmisión si se toma en cuenta lo que dice un autor del siglo XVIII, Eguiara y Eguren: "Carolus (de Siguenza) logró costándole mucho y con bastantes esfuerzos reunir varios volúmenes de diferentes documentos de este tipo. El más valioso de todos aquellos que provenían de una donación poco conocida y hecha por D. Joannis de Alva (Ixtlilxochitl) indio de buena educación descendiente de la familia real de Tezcuco que había heredado de sus ancestros y que conociendo su valor lo había guardado preciadamente. Dada las estrechas relaciones que lo unían a nuestro (Sigüenza), quiso que éste último se convirtiera en su ejecutor testamentario y al mismo tiempo lo hizo heredero de sus célebres pliegos y de sus libros de predilección"24. Sigüenza muere en 1700 y como lo indica J. de Durand-Forest "Legó toda su Biblioteca y su colección de manuscritos a la Biblioteca del Colegio Jesuita San Pablo y San Pedro de México"25. De ahí, el códice pasó a manos del "chevalier Lorenzo Boturini Benaduci..". Quien, como lo dijo J. Soustelle "llegó a México en 1736... dotado de una intensa curiosidad y de un dinamismo sin igual, Boturini se enamoró de México y de su pasado; en siete años, logró reunir una colección magnífica de documentos auténticos.."26. No sabemos con precisión cómo el códice pasa de su dueño precedente a Boturini, pero en la descripción que este último nos da, no cabe duda de que realmente formaba parte de su colección27. Después de los sinsabores por los que pasó Boturini, ya que en 1743 fue arrestado y sus bienes fueron confiscados, el códice pasa de una institución a otra y entretanto iba diminuyendo un poco28.

Cuando se hicieron seis inventarios sucesivos de la colección -en 1743, en 1746, en 1791, en 1804, en 1823 y en 1917-1829- el códice Xólotl fue mencionado únicamente en los dos primeros, luego se le perdieron las huellas. Sin embargo, aparece de nuevo indirectamente entre 1771 y 1788, época en la que, según J. B. Glass, León y Gama se elaboró una copia. En la parte posterior de la primera lámina de esta copia, se indica que el códice se encontraba en aquel entonces en la "R(eal) Universidad con el numero 3". El hecho de que la segunda y la tercera lámina no estén en esta copia, indica que entretanto estas últimas fueron separadas del conjunto. Hubo que esperar el año 1831, fecha en la que, y siempre según J.B. Glass, Jean Frédéric Maximilien de Waldeck las adquirió en México30, para verlas surgir de nuevo. El resto del códice no fue localizado en el momento en que Léon y Gama hizo una copia sino hasta que "Joseph Marie Alexis Aubin, director de la Sección de Ciencias de la "Ecole Normale Supérieure" de París... encargada en 1830 de una misión científica en México.... emprendió la tarea de reunir los documentos originales, particularmente los de la colección semi dispersados de Boturini"31. Según E. Boban, A. Aubin habría comprado el códice Xólotl junto con una serie de documentos pertenecientes a la colección Boturini, "en el convento de San Francisco de México"32. En 1840 este coleccionador regresó a Francia disimulando los documentos al pasar por la aduana33, y "en París, M. Aubin supo que M. de Waldeck poseía también varios manuscritos mexicanos. Fue a verlo y tuvo la suerte de poder comprar los dos pliegues que Faltaban..."34. Durante esta época fue entonces cuando el códice se completó de nuevo. El final de este peregrinaje lo cuenta J. de Durand-Forest: "En 1889, como a los dos años de su muerte, Aubin, arruinado, tuvo que vender su colección a Eugène Goupil, quien luego le encargó a Ernest Boban que elaborara el Catálogo. A la muerte de Goupil, su viuda hizo donación de la colección a la Biblioteca Nacional de París, en Junio de 1898".

Orden original de las láminas
La presentación del códice Xólotl anteriormente hecha corresponde con su estado actual pero no corresponde exactamente con la disposición de las láminas en el pasado.
C. Dibble ha estudiado muy en particular esta cuestión y ha indicado que la segunda y la tercera lámina actualmente se encuentran separadas y superpuestas en un papel grueso, después que las retiraron del conjunto, son las dos caras de una misma página. Por otro lado, ha supuesto que los fragmentos, actualmente independientes y originalmente pegados detrás de la primera lámina, serían los pedazos restantes de dos caras de otra página. Y partiendo de esta suposición, él propone el orden siguiente:

Página 1: Lámina 1 (010) con un lado sin dibujos servía de carátula.
Página 2: Fragmento 1A (011) y fragmento 1B (012) de dos
Página 3: Lámina 2 (020) recto y Lámina 3 (030) reverso.
Página 4: Lámina 4 (040) recto y lámina 5 (050) reverso.
Página 5: Lámina 6 (060) recto y lámina 7 (070) reverso.
Página 6: Lámina 8 (080) recto y lámina 9 (090) reverso.
Página 7: Lámina 10 (100 + 101) recto, el reverso sin pinturas servía de cubierta35.
Con esta reconstrucción del orden de las páginas y de las láminas C. Dibble considera de manera deliberada que el códice Xólotl forma un conjunto homogéneo. Nosotros no compartimos este punto de vista porque los fragmentos, que según C. Dibble deberían formar parte de la segunda página, forman parte, según parece, de otro documento. La habilidad de dibujantes-escribanos y el convencionalismo eran tales que es extremadamente difícil decir si todas las láminas del códice fueron la obra de un sólo tlacuilo. En todo caso, para todas las láminas completas nada nos permite suponer lo contrario. Sin embargo, en lo que concierne a los fragmentos no ocurre lo mismo. La diferencia más evidente concierne a los colores, a los glifos y a todos los personajes. Mientras que en la primera lámina (010) y en la segunda (020) todos los personajes masculinos son arisnegros y todas las mujeres son morenas, en los dos fragmentos, ésta disposición de los colores se ha invertido. Por otro lado, dos variantes gráficas aparecen solamente en los fragmentos: una de estas concierne a un elemento tecpatl: "pedernal" (infra Pág. 632) que está representado con un mango, siendo que el cuchillo de obsidiana nunca tiene mango en todos los otros glifos del mismo tipo en otras láminas; la otra variante concierne a un elemento chalchihuitl: "jade" figura según una disposición cuatripartita, disposición que no existe en ninguna otra parte en este códice36 (infra Pág. 620).
Después de haber hecho ambas observaciones, se consideró que los fragmentos forman parte de otro códice que fue escrito por otro tlacuilo diferente al o a los responsables de todo el resto del códice Xólotl. Estos fragmentos seguramente debieron haber sido recobrados durante la época de Alva Ixtlilxochitl para servir de cubierta de la primera lámina del códice, ya que al haber buscado en las citas, pudimos percatarnos que este autor no los conocía37. El orden original de las láminas que son visibles sería pues:
Página 1: recto: cobertura / reverso lámina 1 (010)
Página 2: recto: lámina 2 (020) / reverso lámina 3 (030)
Página 3: recto: lámina 4 (040) / reverso lámina 5 (050)
Página 4: recto: lámina 6 (060) / reverso lámina 7 (070)
Página 5: recto: lámina 8 (080) / reverso lámina 9 (090)
Página 6: recto: lámina 10 (100+101) / reverso cubierta

Este orden de las láminas corresponde sin duda con el orden en el que se encontraba el documento en manos de Alva Ixtlilxochitl, en todo caso, concuerda con la descripción que da Boturini: "tiene 6 fojas y 10 paginas útiles"38.
Actualmente las páginas 3, 4, 5 y 6 están atadas con un hilo en uno de sus diminutos costados. ¿Correspondería con la disposición original de las páginas? ¿El conjunto, antes de que le hayan quitado la página 2, la que contiene la segunda y la tercera lámina, no estaba atado de esta manera? Esto es probable pero es imposible verificarlo con solo estudiar los márgenes de estas láminas ya que están demasiado dañados. ¿Si el conjunto de las láminas hubiera estado atado cuando Alva Ixtlilxochitl utilizaba el Códice, esto no sería suficiente para demostrar que la disposición general del documento era posterior a la conquista? J.B. Glass aporta una respuesta prudente a esta pregunta: "Las informaciones actuales indican que las formas o formatos mesoamericanos de antes de la conquista no comprendía la forma del códice". La palabra códice aquí significaba "libro manuscrito que está cosido por
un lado de los pliegues "39.
Reproducciones
Gráficas
Copia de León y Gama
A fines del siglo XVIII el "sabio astrónomo y arqueólogo mexicano León y Gama"40 hizo una copia del códice, excepto de las láminas 2(020) y 3(030) puesto que durante esta época ya estaban separadas del conjunto, así como de los tres fragmentos. Aquellas reproducciones fueron hechas en hojas de papel grandes que miden 54 por 38cm. Las láminas tuvieron que haber sido dobladas por la mitad, como el códice mismo, ya que están algo dañadas en el centro. Están conservadas en la Biblioteca Nacional de París bajo el numero 10 bis41. Todas las láminas son independientes y están conservadas bajo rhodoïd42. Al igual que el original, también estas comportan numerosos sellos y etiquetas.
Esta copia se distingue del original esencialmente por la mediocridad que prevalece en su grafismo y por una utilización completamente irracional de los colores, de los cuales muchos han sido simple y sencillamente inventados. Por otra parte, estos contienen múltiples anotaciones. Algunas son las copiadas por León y Gama de aquellas que figuran en el códice, otras se deben a diferentes manos, por lo menos tres, en particular la de Aubin que por sus anotaciones muestra que utilizó los escritos de Alva Ixtlilxochitl, de Torquemada, Tezozomoc, Veytia y ¡hasta de un Diccionario Histórico!
Esta copia se quedó junto con el Códice ya que formó parte de la colección de Aubin antes de llegar a la Biblioteca Nacional de París, por medio de Eugène Goupil y de su viuda.
Debido a la baja calidad en la ejecución de la copia de León y Gama, únicamente nos servimos para verificar algunos glifos dañados del Códice pero nunca para reemplazar un glifo completamente borrado del original.

Copia de Santiago de Chile
Este documento corresponde sólo con una lámina del Códice, la segunda o la X.020. Esta copia que se elaboró sobre un pergamino, cuyo dueño actual se desconoce, fue estudiada bajo reproducción por C. Dibble, y a posteriori, C. Lizardi Ramos la estudió directamente, según la petición que el Director del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México hizo en 196243. Aunque presente un estilo poco europeizado y se compruebe que existen muchas incomprensiones y errores, como lo indica el autor que pudo observarlo, esta copia presenta la ventaja que muestra partes que hasta ahora han desaparecido de la lámina original. C. Dibble determina dos momentos en los que esta copia pudo haber sido elaborada: sea durante la época en la que la segunda lámina, la 020, fue separada del resto del Códice, durante la segunda mitad del siglo XVIII, o en el siglo XVI puesto que la copia no contiene las anotaciones que aparecen en el original44.
Como esta copia fue reproducida a una escala muy reducida no fue utilizada en este estudio.

Fotográficas
E. Boban, 1891
La primera reproducción fotográfica completa del Códice es aquella que se encuentra en la parte llamada Atlas de la obra de E. Boban. A pesar de que se hizo una reducción algo importante con respecto al original, la calidad de las tomas y de la impresión hacen de todas maneras que sea una posible herramienta de trabajo. Sin embargo faltan tres fragmentos y, sobretodo, las láminas están en blanco y negro.
C. Dibble, 1951
La segunda edición del Códice es aquella que elaboró C. Dibble en 1951. Las reproducciones son siempre en blanco y negro, son de una dimensión intermediaria entre la de Boban y la original y en esta edición si se incluyen los fragmentos. Se utilizaron las mismas fotos para que sea fiable la codificación de los glifos ayudándose de un cuadriculado. Además, al lado de cada lámina se reprodujo la copia que le corresponde de León y Gama.
C. Dibble, 1980
La tercera edición es la de C. Dibble fechada en 1980. se trata de una reedición de la precedente, pero aquí las láminas del Códice están reproducidas en colores45.

1 F. Leclerc, 1984, Pág 84.14.39

2 quizás pudiéramos decir que el papel del Códice Xólotl se fabricó a partir de fibras de un amacuahuitl: "árbol del papel", si suponemos que ese término designa una familia de árboles, que a groso modo correspondería al Ficus y tal vez a las Moráceas. J. de Durand Forest en su estudio del Códice Borbonicus acerca del papel pone a disposición una síntesis de informaciones históricas sobre este tema.

3 El fragmento 011 (o 1.A) mide sólo 20 cm de ancho por 42 de alto, el 012 (o 1.B) 28 de ancho por 41,5 y el 013 (o 1.C) 22 de ancho por sólo 13 de alto.

4 C. Dibble, 1948, Pág. 377-78

5 El fragmento 011 había sido pegado en la parte izquierda de la primera lámina (010) mientras que 012 se encontraba en la parte de la derecha. El emplazamiento de 013 no se pudo determinar.

6 E. Boban, 1891, Atlas pl. 5 y también C. Dibble,1980, v.2, Pl. V.o Los clichés en negro y blanco son idénticos a los de la edición de Boban mientras que los de color son recientes.

7 La hoja blanca de la lámina 030 se trata de hecho de un programa de espectáculo que fue recuperada.

8 Podríamos preguntarnos si esta línea gruesa del exterior del marco ha sido añadida. Por uno lado este marco existe sólo en esta lámina, que en algún momento dado se separó del resto del Códice y por otro lado la copia de Santiago de Chile no posee esta línea.

9 J. Galarza, 1972, Pág. 84

10 Esta frase desafortunadamente no está en parte esclarecida y está borrada al principio: ixhua... inachcocol.. Ixtlilxochitzin...yhiniachcocol.. chichimeca Xólotl ihuan nopaltzin: "...... ixtlilxochitzin...Los Chichimecas de Xólotl y nopaltzin". A la frase la preceden algunas palabras casi completamente borradas de las que sólo se distinguen: mic...... y acan......

11 C. Dibble, 1980, Págs. 11-14

12 A. Ixtlilxochitl, E. O'Gorman, Pág. 229

13 A. Ixtlilxochitl, 1977, Pág. 76: "la Historia general del imperio de los chichimecas" cuyos autores se decían el uno Cemilhuitzin y el otro Quauhquechol"

14 A. Ixtlilxochitl, 1975, Pág. 371

15 C. Dibble, 1951, Pág. 12

16 Ibíd. Pág. 11-12

17 Ibíd. Pág. 11
18 D. Robertson, 1954

19 J. Galarza y R. Maldonado Roja, 1986, Pág. 52.

20 O'Gorman en Alva Ixtlilxochitl, 1975, Pág. 9-10

21 Alva Ixtlilxochitl, 1975, Pág. 527

22 H.B. Nicholson, 1972, Pág. 163-64 y Torquemada, 1969, I,126
23 Alva Ixtlilxochitl, 1975, Pág. 285-86

24 Eguiara y Eguren: "Bibliotheca Mexicana, Tomus Primus, Mexiccii, 1755, fol. 471-472, citadela par E. Mengin "Corpus Codicum Americanorum", Vol III, 1949, Pág. 16

25 J. de Durand-Forest, 1976, Pág. 9

26 J. Soustelle, 1968, Pág. 40

27 Este texto fue citado E. Boban, 1891: "Historia Chichimeca Original: un mapa de exquisito primor en papel indiano, como de marca mayor, donde se vén, con figuras y caracteres, historiados los principios de el Imperio Chichimeco, desde Xólotl, hasta Nezahualcoyotl después que recuperó el Imperio del poder del Tirano Maxtlaton. Tiene 6 fojas y 10 paginas útiles en uno todo pintadas, cuyas dos primeras llevan insertos unos renglones en lengua nahuatl casi borrados de la antigüedad. Tuvo este mapa en Liberia (sic) el mencionado don Fernando Ixtlilxochitl, y le sirvió para escribir la historia del mismo imperio, como consta de testimonio"

28 Según R. García Granados, en el Prefacio que consagró en la obra de C. Dibble, en 1951, de la colección de Boturini el Códice Xólotl había pasado entre las manos de Don Mariano Fernández de Echeverría y Veytia, pero como él mismo lo anota, así como C. Dibble (Pág. 13), este último no parece haberlo utilizado. Es entonces muy probable que Veytia no sea un eslabón de esta cadena que va de Alva Ixtlilxochitl a la Biblioteca Nacional de París.

29 J.B. Glass, 1975, Pág. 482

30 J.B. Glass, 1975, Pág. 463

31 J. de Durand-Forest, 1976, Pág. 11

32 E. Boban, 1891, Pág. 44

33 Ibíd. Pág. 14

34 E. Boban, 1891, Pág. 103

35 C. Dibble, 1948, Pág. 379

36 M. Thouvenot, 1979, Pág. 15

37 Los fragmentos se quedaron en todo caso pegados hasta la época en la que Boban estudió el Códice y a este efecto dijo: "El frotamiento, el desgaste de los bordes que provocó que se despegaran un poco los dos pliegues que se encontraban pegados el uno contra el otro, haciendo que se separan un poco en el ángulo superior derecho, hizo que nos diéramos cuenta que la segunda lámina había sido pintada en la parte interior: el pintor cronista, que sin duda no estaba contento con su trabajo, la transformó en una cubierta. La parte sobre la que se encontraba la escritura figurativa la untaron de pegamento y la adhirieron al recto del cuadro N.1; dicha protección hizo que se resguardara una parte de las figuras, y los colores son tan vivos como si los acabaran de poner". E. Boban, 1891, I, Pág. 95

38 citado por E. Boban, 1891, Pág.

39 J.B. Glass, 1975, v. 14, Pág. 8

40 E. Boban, 1891, Pág. 207

41 Bajo el mismo numero también figura un documento pictográfico que no tiene nada que ver con el códice Xólotl.

42 En la hoja que sirve de cubierta se puede leer en el ángulo superior izquierdo una nota en nahuatl, copia de aquella que se encuentra en el reverso de la última lámina del códice: "ixhuatzin inach cocoltzin ixtlilxochitzin no y...cocoltzin chichimeca Xólotl, ihuan nopaltzin" luego abajo el texto siguiente: "Copia de un mapa antiquissimo de papel de maguey que se halla en la R(eal) Universidad con el numero 3 del invetario 3°. en 8 paginas del tamaño de este papel de marca, muy apolillado roto y en muchas partes despintado. Tiene algunas notas en lengua mexicana ya borradas con el tiempo; de las quales se han copiado las que á costa de gran trabajo se han podido percevir. Contiene la historia de la venida del el Emperador Chichimeca Xólotl" E. Boban, 1891, I, Pág. 207

43 C. Lizardi Ramos, 1968, Pág.131-148

44 cita de C. Lizardi Ramos, 1968, Pág. 145

45 El autor del prefacio de esta segunda edición, M. León-Portilla, menciona en nota otra edición en color que data de 1975 en Memoria de las Obras del sistema de drenaje profundo del Distrito Federal, 3 v. México, Talleres Gráficos de la Nación. Esta edición no fue consultada.





Nombre

xolotl 100 %




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