Xolotl

Desde hace doce años que conocí a Joaquín Galarza en su oficina del museo del Hombre, me ha ido transmitiendo durante nuestros frecuentes encuentros toda la experiencia que con tanta paciencia adquirió de la imagen azteca y además, él es actualmente mi director de Búsqueda en el CNRS (Centro Nacional de Búsqueda Científica Francés). Desde un principio él intentó, aunque no estoy seguro de que lo haya logrado, operar, según una de sus fórmulas, un "descentramiento de mi mirada occidental". En todos estos años Joaquín Galarza ha consagrado verdaderamente mucho de su tiempo al códice Xólotl, ya sea mediante reuniones o en el marco de sus seminarios sobre la escritura, a los que por cierto, he participado desde 1982 en compañía de Uldarico de Silvestri, Martine Fettweiss y Anne-Marie Wohrer. A él no sólo le debo los conocimientos que me ha transmitido oralmente sino también aquellos que he recibido por medio de sus publicaciones, así como el apoyo moral que constantemente me brindó a pesar de algunas dificultades. El hecho de haberme alentado siempre, en momentos en los que dudaba sobre este trabajo, me fue de gran ayuda. Espero que a cambio, él encuentre en este estudio todo lo que me ha aportado.
También, y de manera muy particular, le envio todos mis agradecimientos al Señor Jacques Soustelle, Director de esta Tesis, a cuyos seminarios asistí durante varios años en la escuela “Pratique des Hautes Etudes”.
Sus cátedras fueron para mí una valiosa introducción al México antiguo y le agradezco por toda la libertad que siempre me dejó en mi trabajo de búsqueda.

La tercera persona a quien le debo mucho es a Jacqueline de Durand-Forest, a quien conocí en el Seminario del Sr. Jacques Soustelle. Durante muchos años, encontré en ella alguien con quien siempre pude hablar de diversos temas relativos a la civilización azteca y pude asistir a sus clases de Náhuatl en el EPHE. Sus clases fueron muy estimulantes para la introducción de esta lengua que es tan fundamental para este estudio.
Estas tres personas, cada una a su manera, contribuyeron con este estudio.
También les debo las gracias a todos aquellos que de alguna manera u otra apoyaron mi labor:
- A los conservadores de la Biblioteca Nacional quienes siempre me permitieron consultar el códice Xólotl bajo las mejores condiciones, así como a los de la Biblioteca del museo del Hombre por las publicaciones.
- A Laurence Bogeard, a Jacqueline de Durand-Forest, a Marc Eisinger, a Martine Fettweis, a Joaquín Galarza, a Jesús F. García-Ruiz, a H. Harvey, a Patrick Losbre, a A. López-Austin, a H.B. Nicholson, a Jeannette Peterson, a Hans Prem, a Eloïse Quiñones Keber, a Rubén Romero Galván, a Georgette Soustelle, a Jacques Soustelle, a B.J. Williams, a Anne-Marie Wohrer quienes me proporcionaron, me prestaron, e incluso me hicieron llegar o me dieron a conocer publicaciones.
- A Cristoph Himmighoffen quien tradujo del alemán algunos textos de K.A. Nowotny y H.J. Prem.


- A Marc Eisinger, a Jean-Pierre Hennequet y a Richard Pailhes que me hicieron descubrir la informática dándome así los medios para escapar de una asfixia segura. El primero, Marc Eisinger, me impulsó y me estimuló al realizar frente a mí búsquedas sobre el códice Florentino que por cierto él computarizó; el segundo, quien al mostrarme su micro-ordenador me hizo pensar que lo que Marc Eisinger realizaba en sistemas grandes podría realizarse con medios más reducidos y, por fin, las discusiones con R. Pailhes acabaron por convencerme. Por otro lado, la computarización se facilitó gracias al contacto tan agradable que siempre tuve con todo el equipo de la empresa Micronim.
-A Jacques Soustelle y a Joaquín Galarza quienes leyeron la primera versión de este estudio y quienes me hicieron algunas observaciones, así como a Christophe de Beauvais quien también tuvo en sus manos una parte.
- A Babette Ilinski quien, afortunadamente, hizo que numerotara las páginas del catálogo.
- A Dominique Petit del centro de impresión CTP de Montpellier quien se encargó de la impresión del texto así como a Jean-Marie y a la Señora Gallardo de ”Copies Service” quienes se ocuparon de todas las fotocopias y del engargolado.
- A las editoriales AH y Flammarion que le propusieron al artesano-fotógrafo que yo era, un trabajo durante los cuatro primeros años de este estudio. A los contribuyentes, quienes por conducto del CNRS me solventaron el estudio con una remuneración durante este periodo y, con un salario los seis años consecutivos.

- A mis padres que me reciben siempre que voy a trabajar a París.
- A la pastora del Valle, gracias a quien este trabajo pudo lograrse ya que tengo la suerte de compartir su existencia.

1987