CUAUHTINCHAN 2

EL MAPA DE CUAUHTINCHAN 2

Diccionario de los elementos constitutivos de los glifos y personajes

Investigación: Tomás JALPA FLORES (BNAH-INAH)

Tratamiento de imágenes: Rossana CERVANTES (INAH)
Voz: Alfredo RAMIREZ CELESTINO (DL-INAH)
Análisis lingüístico del vocabulario náhuatl: Carmen HERRERA (DL-INAH)




El mapa de Cuauhtinchan No. 2

El Mapa de Cuauhtinchan No. 2 forma parte del acervo documental del pueblo de Cuauhtinchan que por diversos motivos ha perdido muchos de sus documentos. El archivo conserva una valiosa documentación que contenía información sobre la historia prehispánica, colonial y contemporánea, abarcando hasta la década de 1970. Del acervo llamaron la atención los manuscritos pictóricos y los documentos en nahuatl. Entre los documentos pictóricos se encuentran cinco mapas, (incluido el mapa de papel aforrado en papel indiano que se integró a la Historia Tolteca Chichimeca) que fueron sustraídos del lugar en diferentes fechas. La documentación fue conocida por varios coleccionistas: Lorenzo de Boturini obtuvo la Historia Tolteca Chichimeca y el Mapa no. 4. En 1746 se registró como parte de su colección. (Reyes: 1988: 6); hacia 1877 todavía se conservaban en el archivo municipal de Cuauhtinchan tres de los mapas, pues en un inventario se indicó que había ?tres mapas antiguos y destruidos?. En 1891 Enrique Orozco informó de la existencia de los mapas que se guardaban en el archivo de Cuauhtinchan (Yoneda: 1991:19). A partir de ese momento inició el saqueo quedando el pueblo sin ninguno de sus documentos.
Los mapas de Cuauhtinchan llamaron mucho la atención de los investigadores por su diseño, dimensiones, trazo y temática. Desde el siglo XIX el licenciado Nicolás Meléndez informó sobre la existencia de los códices poblanos, entre ellos los Mapas de Cuauhtinchan y Cuautlatzinco.(Del Paso y Troncoso: 1893: I: 6) Los primeros fueron considerados como los más bellos en composición y diseño de todos los conocidos hasta ese momento. Al tener noticia del documento, Francisco del Paso y Troncoso, en compañía de Eduardo Bello, visitó la población y mandó hacer una copia que fue enviada a Madrid para formar parte de la colección presentada en la Exposición Histórico Americana de 1892, con motivo de la celebración del descubrimiento de América. La copia estuvo a cargo de Eduardo Bello, supervisada por José María Velasco. Se considera que es de muy buena calidad, aunque Luis Reyes señala que hay unos errores en la reproducción de algunos glifos y ausencias importantes así como los colores no se apegan al original. (Reyes: 1988: 14,15)
Para la exposición Francisco del Paso elaboró un catálogo en que informó que había hecho un estudio completo sobre el mapa de Cuauhtinchan que publicaría después del evento en los Anales del Museo Nacional.(Del Paso y Troncoso: I: 257) Sin embargo, luego de su muerte se perdieron muchos de los documentos de su archivo personal y no se encontró dicha investigación. El mapa parece que no regresó a la población y la copia pasó a formar parte del acervo de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia. Según Spinden alrededor de 1933 el mapa fue depositado en el Museo Regional de Puebla. Más tarde se dio a conocer que estaba en posesión de la viuda de Carlos Obregón Santacilia. En 1963 fue declarado monumento histórico por el INAH. Tal declaratoria tiene como propósito evitar que el documento sea vendido y salga del país. Hasta el momento el documento sigue en mano de particulares y se han hecho algunos estudios para su restauración. (Yoneda: 1991: 19)
Sabemos que el mapa está elaborado en papel de amate con algunos deterioros en las esquinas. La copia está hecha en cartulina y las partes principales miden 109 x 204 cm. Yoneda para su estudio publicado en 1991 utilizó la copia. Más tarde tuvo acceso al original pero sin tener la posibilidad de hacer el estudio del material y los pigmentos. (Yoneda: 2005: 18). Con excepción del trabajo de Francisco del Paso y Troncoso y de Carlos Martínez Marín, los estudios subsecuentes se han basado en la copia que se encuentra en la BNAH.
Yoneda hizo un recuento de los estudios realizados sobre el Mapa de Cuauhtinchan 2 del cual retomo los datos principales. En 1892 Francisco del Paso y Troncoso publicó en el Catálogo una pequeña descripción; en 1928 Miyar publicó la copia del documento hecho por Eduardo Bello; en 1941 Tamayo y Alcorta publicó un pequeño estudio; 1945 Mateos Higuera publicó una presentación de los cuatro mapas que consiste en una descripción sencilla; en 1963 Carlos Martínez Marín publicó el original con un pequeño estudio; en 1968 Simons realiza el primer estudio a fondo; en 1977 Reyes retoma el mapa y lo estudia dentro del corpus de documentos de Cuauhtinchan; en 1977 Dávila hizo un análisis comparativo entre las evidencias arqueológicas y los glifos toponímicos y arquitectónicos del Mapa no. 2; desde 1978 Yoneda inició un trabajo que analiza los glifos del Mapa de Cuauhtinchan 2 que sigue hasta el día de hoy: en 1981 presentó el descifre de glifos de los cuatro mapas; 2002 en su tesis doctoral analizó los glifos de La sección izquierda del MC2 y en 2005 publicó los glifos de la sección derecha (Yoneda: 2005: 18,19).

Los estudios
El mapa de Cuauhtinchan No 2 fue elaborado a mediados del siglo XVI y se considera como una de las piezas más bellas por su diseño y el tratamiento de las imágenes. En la forma en que está elaborado y el desarrollo del tema, el documento conserva una buena parte del bagaje cultural del mundo mesoamericano. (Oudjik: 1998: 54). Ha sido considerados por quienes lo han estudiado como un documento de carácter histórico. Francisco del Paso y Troncoso lo tituló Peregrinación de los totomihuaca. En el catálogo que sirvió para la exposición de Madrid de 1892 describió el mapa en los siguientes términos. (Del Paso y Troncoso: 1892: II: 255,257)
?Se ve con toda claridad que su asunto es una peregrinación, notándose que la pintura está cruzada en varios sentidos por la senda serpenteante que acostumbran poner los indios para indicar los itinerarios. El punto de partida [...] se halla en el ángulo superior izquierdo del cuadro, y es el sitio bien conocido que llamaban los indios Chicomóstoc o las Siete Cuevas, del cual creían que sus antepasados habían salido para poblar el mundo. Vense allí siete grutas y siete indios en ademán de salir de ellas, cada uno con el jeroglífico propio de su tribu, pero nótase también que uno solo de aquellos es el que definitivamente sale y prosigue su itinerario. Lleva éste como distintivo una flecha, cuya punta es la cabeza de un pájaro, lo que da estos dos radicales: toto, de tototl, pájaro, mi de mitl, flecha, y por ser dueño el indio de los objetos le conviene también el sufijo de posesión hua. Totomihua, el dueño de tal flecha, cuyo plural es totomihuaque, los dueños; nombre que se ha castellanizado como arriba va escrito. El grupo general de Chicomóztoc, tal como en la pintura va representado, nos indica que el historiador no ha querido referirse más que a la leyenda de una de las siete tribus, aún cuando haya señalado a las demás con sus propios nombres.
"Si he de hacer un bosquejo rápido de la peregrinación, tomaré como punto de referencia otro que no sea el de partida, buscándolo al efecto en el centro del cuadro. Nótase allí una cordillera: una de las eminencias arroja humo, y es el Popocatepetl, otra que junto a él está es el Iztaccihuatl. Los emigrantes vienen de los sitios ubicados al poniente de los montes, y después de recorrer varios trayectos, de tocar en numerosos parajes, de invertir en esto un tiempo mas o menos dilatado, y después de fraccionarse para formar dos cuadrillas pasan al Oriente de los montes, y juntos llegan unos por el Norte y otros por el sur a un lugar donde se ven suntuosos templos, y que probablemente será el gran santuario de Cholula. Nuevamente salen de allí, siguen caminando hacia el Oriente, y vuelven al mismo punto de partida y a los templos, pero después de haber dejado cuadrillas en Tepeaca y en Cuauhtinchan, pueblos que van señalados en la parte céntrica del mapa con sus jeroglíficos propios".(Del Paso y Troncoso:1892: 255, 257)

Después de la descripción de Francisco del Paso y Troncoso se hicieron algunos trabajos que retomaron su punto de vista. Fue en la década de los sesentas que Bente Bittman Simons realizó un análisis interesante tratando de mostrar que el mapa formaba parte del corpus documental de la historia Tolteca Chichimeca. (Simons: 1968) Simons lo definió como un mapa de tipo geográfico con aspectos históricos. La autora destacó una posible relación entre el Mapa de Cuauhtinchan y la Historia Tolteca Chichimeca. Por la similitud de imágenes pero sobre todo haciendo una correlación de fechas concluyó que el Mapa de Cuauhtinchan era la narración pictórica que se encontraba en su versión escrita en la Historia Tolteca Chichimeca. (Simons: 1968: 25) Al confrontar los datos de la historia tolteca chichimeca con la secuencia pictórica que trata el mapa no. 2 y hacer una lectura importante de la secuencia de las imágenes, Simons plantea que el principio de la narración es a partir de la representación de Cholula, que se encuentra al centro del documento y está vinculada con el regreso de los toltecas chichimecas a su patria mítica "Chicomoztoc" con el propósito de solicitar ayuda para combatir a los olmeca xicalanca. A partir de ahí se desenlaza la narración que está guiada por un camino que indica la salida de los grupos chichimecas del sitio de las siete cuevas para retornar a Cholula. La peregrinación de los tolteca chichimeca, desde su patria mítica hasta Cholula, constituye el tema de la primera parte del mapa, que comprende la sección izquierda. La segunda parte es la salida de los grupos tolteca chichimeca de Cholula y su expansión por el valle poblano tlaxcalteca; el tema principal es el reparto del territorio y tiene como núcleo principal las alianzas y relaciones de los cuauhtinchantlaca con los señoríos circunvecinos. (Simons: 1968)
Al trabajo de Simons siguió el del grupo de Puebla, encabezado por Luis Reyes y Joaquín Galarza quienes se interesaron en el estudio de los fondos documentales, prestando un interés especial al acervo de Cuauhtinchan. Keiko Yoneda se sumó al grupo y centró su atención en el corpus pictográfico, y desde 1978 hasta la actualidad se ha dedicado al estudio de los mapas de Cuauhtinchan. En sus trabajos ha influido el método implementado por Joaquín Galarza. La elaboración de los catálogos de elementos iconográficos fueron la base para los posteriores trabajos que ha desarrollado siguiendo la misma metodología. En la obra sobre los mapas de Cuauhtinchan y la historia cartográfica prehispánica, Yoneda planteó el estudio de los mapas como documentos históricos valiéndose del análisis estilístico donde propone que el análisis sistemático de todos los elementos iconográficos puede ayudarnos a comprender el corpus como parte de un lenguaje.(Yoneda: 1991: 199p.) Sus trabajos posteriores han seguido la misma tónica y son interesantes desde el punto de vista del descifre de glifos que va agregando datos novedosos. .(Yoneda: 2002; Yoneda: 2005)
Por otro lado, el trabajo de Luis Reyes aprovecha la información del Mapa de Cuauhtinchan 2 y la Historia Tolteca Chichimeca para comprender la formación y evolución del señorío de Cuauhtinchan del siglo XII al XVI. En su estudio no sólo se destaca la pluralidad étnica de los señoríos, sino además el protagonismo algunos que probablemente se reflejó en el quehacer histórico. Reyes señala que tanto la historia Tolteca Chichimeca como cada uno de los Mapa fueron elaborados por diferentes grupos por lo que no corresponden únicamente a la mirada de totomihuaques sino que está presenta la de los otros que integraban el señorío de Cuauhtinchan, pero que además son miradas que corresponden a distintos momentos históricos. (Reyes: 1988)
Otro estudio importante es el de Francisco Salvador Granados Saucedo, quien en el año 2000 realizó un estudio propositivo sobre la representación de las cuevas en el mapa de Cuauhtinchan No. 2. En dicho trabajo el autor destacó la importancia de determinados lugares donde está ubicado un promontorio que representa las cuevas que albergaban el bulto sagrado o tlaquimilolli, que contenía los símbolos asociados con la diosa Iztpapalotl, en su advocación de Oxomoco, una de las númenes de los chichimecas.(Granados: 2000: 59) Su Trabajo llamó la atención sobre determinados sitios aunque no los vinculó con los rituales realizados en las montañas. Para el autor las cuevas están delimitando un espacio sagrado donde los grupos cuautinchantlaca realizaban cultos relacionados con sus ancestros. Estos sitios a la vez estaban relacionados con el espacio político perteneciente al señorío de Cuauhtinchan. Sin duda el Mapa de Cuauhtinchan 2 es un manuscrito que ofrece una amplia información y que puede explotarse desde diferentes enfoques.

El formato del mapa de Cuauhtinchan

En el mapa se pueden distinguir claramente dos secciones que tienen como eje principal la ciudad de Cholula, la Sierra Nevada y el Río Atoyac. Difieren tanto en la forma en que están diseñados los caminos como la distribución de los glifos y la temática tratada. En la parte izquierda el camino cubre todo el espacio, es un camino sinuoso que se bifurca en algunas partes para indicar la separación de grupo y otras rutas. Los glifos están colocados a lo largo del mismo y podemos agruparlos en glifos calendáricos, topónimos y personajes generalmente integrados en escenas. Las escenas representas acontecimientos histórico, algunos con énfasis en lo sagrado.; son representaciones de acciones bélicas o sacrificios, en ellas intervienen dos o más personajes, algunos pertenecientes al mismo grupo étnico, tanto hombres como mujeres. En otras están en acción con otro grupo que se distingue por una indumentaria diferente. Son escenas que narran el recorrido de los grupos chichimeca a la cuenca de México y su paso al valle poblano tlaxcalteca, encabezados por sus líderes que portan el bulto sagrado.
La sección derecha ocupa un mayor espacio. El camino principal se ubica en los extremos sirviendo como marco para delimitar el territorio. Aunque no es un camino tan sinuoso el tlacuilo empleó este recurso en algunas secciones para indicar las distancias o los terrenos accidentados, como por ejemplo en las esquinas donde se ubica la Matlalcueye y el Poyauhtecatl. La parte central la ocupan la Sierra de Cuauhtinchan y al sur la Serranía del Tentzon. Llama la atención los espacio vacío dejados en la parte central. Los glifos se ubican sobre el camino y en la parte central ocupan un lugar especial las escenas protagonizadas por personajes representados en grupos, casi todos en posición sedente, descansando en un icpalli y con una vestimenta que denota su condición de principales. Son diferentes a los de la sección izquierda. La temática está relacionada con alianzas matrimoniales y sucesiones en el gobierno de los distintos sitios. Esta sección también difiere en el tipo de representación del paisaje. Aquí es más naturalista, pero además registra el contacto con la cultura occidental, lo cual permite señalar que el documento se elaboró en el siglo XVI debido al tipo de construcciones de conjuntos conventuales: Cuauhtinchan y Tecali, que García Cook y Yoneda han interpretado como aljibes pero que en la gráfica del siglo XVI no hay duda que se trata de templos con su atrio. (Reyes: 1988: 4-5)
Es posible que la distribución de las imágenes en el mapa de Cuauhtinchan 2 obedece a una división del espacio que hizo el tlacuilo con el fin de narrar dos grandes momentos de la historia de los grupos de Cuauhtinchan. Probablemente el tlacuilo antes de realizar los diseños visualizó la forma en que iba a aprovechar la superficie del lienzo teniendo en cuenta el propósito de su trabajo, de tal manera que en él pudiera sintetizar el complejo proceso que iba a narrar en forma coherente y susceptible de leer, siguiendo los códigos de lectura conocidos en ese momento. (Aguilera: 2001:29; Joyce: 2003: 80-83).
En la división del lienzo se puede apreciar un propósito claro: la organización de las ideas bajo un estilo donde se conjuga una larga tradición discursiva que atendía a la forma de narrar los acontecimientos, utilizando determinados "formatos" que resultaban útiles para exponer el tema. (Cervantes: 1998:17) Pero además de emplear un estilo particular se plasmó, de manera consciente o inconsciente, una concepción del espacio que atendía a una visión del orden de la memoria "histórica", en que están implícitas una serie de ideas acerca del espacio en relación con el tiempo, el ámbito geográfico y los espacios sagrados.
La forma en que está diseñado el mapa de Cuauhtinchan es un ejemplo de los diferentes "formatos" que se emplearon en la narrativa indígena. Es importante destacar esto porque se ha señalado la posibilidad de una "escuela" de tlacuiloque cuautinchantlaca. Pero como se puede apreciar en los testimonios pictóricos de Cuauhtinchan, esta escuela manejaba variantes que se adecuaban a la necesidad del tema tratado. Cada uno de los mapas tiene un diseño diferente y el espacio y la lectura es distinta. Lo que podemos destacar es la existencia y el conocimiento de distintos formatos para hacer la narración requerida. Esto se observa en documentos de otros lugares que emplearon un formato similar al Mapa de Cuauhtinchan 2. (Castañeda: 2006:23-28)
Una primera observación, desde nuestra perspectiva, es que el lienzo fue dividido en dos partes atendiendo a una percepción del tiempo. El mapa tiene un núcleo que es la representación de la ciudad sagrada de Cholula que sirve como parteaguas de dos ámbitos. Considero que esta división marca dos momentos importantes en el discurso narrativo y sirve para delimitar dos ámbitos temporales: el pasado y el presente. Un antes y después de Cholula. El pasado se registra a partir del camino sinuoso que indica el largo peregrinar. En el camino sinuoso se colocaron los acontecimientos más importantes que comprenden los lugares recorridos y los sucesos acaecidos en su largo peregrinar. El camino sinuoso puede ofrecernos también otros elementos de lectura relacionados con el tiempo. Es posible que este recurso se utilizara para indicar distancia y para sintetizar el largo recorrido; probablemente para comprimir el tiempo. Estamos frente a una síntesis en la que se destacan los sucesos más importantes, aquellos que eran dignos de quedar registrados en la memoria histórica. Para reforzarlos se incluyeron fechas que están unidas a ciertos acontecimientos: su paso por un sitio especial, el encuentro con determinados grupos y los cambios que ocurrieron a lo largo de su peregrinación hasta llegar a la ciudad sagrada de Cholula.
Otro camino indicado por huellas unidas por una línea negra, que unen diferentes sitios indican posiblemente una relectura y se refieren a otro momento. Tenemos pues, que a través del recurso didáctico del camino y las huellas con diferente tratamiento se bosquejaron diferentes procesos que formaban parte de la historia del grupo cuautinchantlaca.
La sección izquierda está concebida como un espacio abierto. Inicia en la parte superior con la representación de la cueva sagrada de donde salen siete personajes encabezados por sus respectivos líderes. En la parte baja se encuentra representada una cueva artificial donde se realiza la ceremonia del fuego nuevo que conmemora el inicio de una era importante, el tiempo de los hombres. Estas dos imágenes confrontan la cueva natural y la artificial que simbolizan el tiempo original y el tiempo recreado, pero también el tiempo de los dioses y el construido por los hombres. Aquí se conjuga espacio y tiempo prístino que dan sustento a la narración. Estos dos elementos sirven de base para la narración donde se expone la larga peregrinación de los grupos hasta llegar al sitio sagrado de Cholula.
Esta sección tiene como característica una distribución abirgarrada de elementos y pocos espacios vacíos. La mayoría de los personajes que interactúan en esta parte están de pie, realizando diferentes actividades: confrontaciones bélicas, sacrificios y posibles rituales que están asociados con el cultivo o bien el uso del agua. Los personajes se caracterizan por una indumentaria hecha de pieles y la mayoría se representan en movimiento.
En contraparte, la sección derecha está diseñada a partir de un espacio cerrado de forma casi cuadrada que está enmarcado por un camino menos sinuoso y que tiene como núcleo la serranía de Cuauhtinchan. En esta sección el camino bordea el marco del lienzo y solamente en algunas partes se hace más sinuoso, en especial la parte que comprendería el territorio situado entre la Malinche, el Cofre de Perote y el Pico de Orizaba, lo mismo ocurre hacia la sección occidental y el extremo sur, como lo mencioné arriba. La parte derecha se caracteriza por el orden en la distribución de los elementos y mayores espacios vacíos. Aquí se representa la vida sedentaria y los grupos aparecen con otra vestimenta, en general con mantas ricamente adornadas. Un gran porcentaje de los personajes están sentados en pequeños taburetes simbolizando el poder.
Estas dos grandes áreas obedecen a una percepción del espacio temporal. La parte izquierda narra un pasado donde tenemos el proceso de justificación del grupo chichimeca que inicia con su largo peregrinar, durante el cual se fue fortaleciendo la presencia de sus deidades y se fueron definiendo los cultos y rituales. En esta sección se narra, a grosso modo, la epopeya del grupo desde la salida de su patria mítica, su peregrinación y avance hasta llegar a la ciudad sagrada de Cholula. Algunas fechas están colocadas en determinadas partes del camino para indicar hechos memorables, utilizando un tilde para precisar su conexión con determinados sitios o acontecimientos. La mayor concentración de fechas se encuentra al inicio del camino y conforme se avanza hacia la región próxima a Cholula las fechas son pocas.
Para la elaboración del diccionario se omitió esta división por cuestiones prácticas. Se hizo una división arbitraria del documento, tratando que el número de glifos fuera menor de 200 para facilitar el manejo de la información. En ese sentido no hay una justificación ni tiene sentido hacer una descripción de las láminas puesto que no siguen la lógica que planteó el tlacuilo en su elaboración.